Finalmente se hizo eco, y fotógrafos y redactores, celebraron entre ellos una actividad sin burocracia, gozada y cubrida por ellos.
A la entrada se torno un poco difícil, a los fotógrafos se les complicaba entrar y tomar la foto a la vez, y a los que llevaban el orden de entrada se les llegó a confundir su entrada cuando salieron para tomar las otras entradas y volvieron a entrar, tenían que borrarse una y otra vez de la lista, pero no tuvo mayor complicación.
Las sociales fueron una odisea, los fotógrafos se movían constantemente tratando de tomar la foto en la que ellos aparecían, quienes llevaban los nombres (de izquierda a derecha) se les olvidaba que ellos habían sido retratados y se les olvidaba quien era que ocupaba esa línea en blanco.
Para el discurso de bienvenida se complicó aún más la cosa, mientras él dictaba sus palabras de inicio, intentaba al mismo tiempo, sacar lo más importante de sus palabras para la nota de prensa, y se enredaba repitiendo párrafos porque sentía que todo lo que decía era importante y no podía dejar anda fuera (que difícil es sacar lo más importante de unas palabra cuando son propias) y los fotógrafos no podían hacer tomas del público porque ellos eran parte del público y tenía que salir.
El brindis llegó con más complicaciones, no se puede tomar mientras se trabaja, pero no nada más estamos trabajando esta cena es para nosotros. A uno le fue muy difícil abstenerse a no tomar la foto de una persona que se tiro el plato de comida encima por unos tragos de más que llevaba porque era el mismo.
Los otros reporteros gráficos no se dieron cuenta porque estaban ocupados terminando con sus fotos sociales en las que no debía y debían salir ellos.
Todo fue un caos, al momento de redactar y sacar las fotografías, todo rondaba en torno a uno mismo o todos los otros. No puedo salir yo solamente habían más personas o no estoy en ninguna de las fotos ni en la información.
Las notas eran larguisimas, todos pusieron sus participaciones completas, las fotos demasiadas, todos querían estar, en fin, acordaron seguir cubriendo caprichos ajenos porque cubrir los de uno se tomaría un periódico bastante grande.
A la entrada se torno un poco difícil, a los fotógrafos se les complicaba entrar y tomar la foto a la vez, y a los que llevaban el orden de entrada se les llegó a confundir su entrada cuando salieron para tomar las otras entradas y volvieron a entrar, tenían que borrarse una y otra vez de la lista, pero no tuvo mayor complicación.
Las sociales fueron una odisea, los fotógrafos se movían constantemente tratando de tomar la foto en la que ellos aparecían, quienes llevaban los nombres (de izquierda a derecha) se les olvidaba que ellos habían sido retratados y se les olvidaba quien era que ocupaba esa línea en blanco.
Para el discurso de bienvenida se complicó aún más la cosa, mientras él dictaba sus palabras de inicio, intentaba al mismo tiempo, sacar lo más importante de sus palabras para la nota de prensa, y se enredaba repitiendo párrafos porque sentía que todo lo que decía era importante y no podía dejar anda fuera (que difícil es sacar lo más importante de unas palabra cuando son propias) y los fotógrafos no podían hacer tomas del público porque ellos eran parte del público y tenía que salir.
El brindis llegó con más complicaciones, no se puede tomar mientras se trabaja, pero no nada más estamos trabajando esta cena es para nosotros. A uno le fue muy difícil abstenerse a no tomar la foto de una persona que se tiro el plato de comida encima por unos tragos de más que llevaba porque era el mismo.
Los otros reporteros gráficos no se dieron cuenta porque estaban ocupados terminando con sus fotos sociales en las que no debía y debían salir ellos.
Todo fue un caos, al momento de redactar y sacar las fotografías, todo rondaba en torno a uno mismo o todos los otros. No puedo salir yo solamente habían más personas o no estoy en ninguna de las fotos ni en la información.
Las notas eran larguisimas, todos pusieron sus participaciones completas, las fotos demasiadas, todos querían estar, en fin, acordaron seguir cubriendo caprichos ajenos porque cubrir los de uno se tomaría un periódico bastante grande.
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