"No art form passes our conscience in the way film does, and goes directly to our feelings, deep down into the dark rooms of our souls."
Ingmar Bergman
Hace ya varios meses comentaba como el pueblo norteamericano se había preparado mentalmente para un presidente negro gracias al cine, muchos me llamaron locos, otros me dieron la razón para salir de mi, pero hoy, en la víspera de la roma de posesión de Barack Obama, la aclamada crítica de cine Manohla Dargis y A. O. Scott escriben el artículo “How the Movies Made a President” para el New York Times.
Desde los tiempos de Sydney Poitier a los momentos cumbres de los Samuel L. Jackson, Will Smith, Denzel Washington y compañía, el hombre de color ha ido evolucionando en nuestros ojos en las pantallas de cine de un simple actor de reparto, o como diría una comedia famosa “They always kill the black dudes first”, a las cúspides del protagonismo, baños dorados de premiaciones e incluso la Sala Oval de la cinematografía.
James Earl Jones en “The Man” (1972)
Douglas Dillman (Jones) llega a la presidencia como la tercera major opción. El presidente ha sido asesinado y el vice declina la opción por problemas de salud. Entonces Dillman, un senador, es nombrado el primer presidente negro de los Estados Unidos.
Dillman representa el presidente defensivo, el que tiene que batallar y demostrar que si puede para no ser destruido en camino a las próximas elecciones presidenciales.
Morgan Freeman en “Deep Impact” (1998)
Tom Beck (Freeman) tiene uno de los conflictos más pesados para un presidente, lidiar con un desastre natural sin precedentes, el impacto de un meteorito en el planeta tierra.
Beck pasa a ser un presidente pasivo, controlado y humano. Muy cercano de la población que sufre los estragos de una gran ola provocada por el choque del meteorito. Aquí, el personaje de Freeman, es una que brinda control y paz y evita que un país completo caiga en el caos.
Chris Rock en “Head of State” (2003)
Una peculiar imagen de un antes y después de la Casa Blanca me llegó hace varios meses, en donde la Casa Blanca luego de que llegará Barack Obama a ocuparla se vería todo pintada, con grafiti y gente bailando fuera con carros dignos de “Pimp my ride”; cuando vi esta imagen me recordó bastante a este personaje.
En una comedia bastante interesante, Mays Gilliam (Rock) un pequeño político que se ve en la carrera por la presidencia luego de que el candidato demócrata sorpresivamente perece. El personaje de Rock, es el estereotipo del hombre de color, sudadores y camisas anchas, más acompañados del buen ritmo del hip hop, camina con estilo hasta la silla presidencial.
Fuera del estereotipo, Gilliam tiene su cabeza bien puesta. La forma de hablar y de actuar, digna del bocón de Chris Rock, no obstruyen su desea real de ayudar y servir con seriedad al pueblo norteamericano.
Dennis Haysbert en “24” (2001)
El más fuerte de todos, el senador/presidente David Palmer (Haysbert) es el presidente indeleble, incorruptible y de mucho coraje. Palmer apareció como el perfecto presidente luego de que veíamos los primeros fallos de Bush, a diferencia de su homónimo en la vida real, Palmer era claro y valeroso.
El personaje de Haysbert es considerado una de las fuertes razones por las que se acepta como algo regular un presidente de color en la autodenominada potencia más poderosa del mundo. Esperemos que Obama pueda tener la misma fuerza que este personaje ficticio pero no el mismo destino. Luego de un par de temporadas el ex presidente Palmer es asesinado en una de las primeras horas de dos temporadas atrás.
En fin, el cine es poderoso, de anticipación, vale destacar, a los que no lo saben, que “2001: A space Odyssey” fue años antes del viaje a la luna y así hay muchos casos que próximamente anotaremos para que sea recordad como mentes brillantes continúan prediciendo el futuro de nuestro mundo a través de la pantalla grande.
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Comentarios
Pues el cine ha contado y seguirá contando muchas historias, la idea de un Presidente afro americano en la Casa Blanca no escapó a esa realidad, de hecho, parecía sacado del género de ''ciencia ficción’’. Ahora estamos Obamatizados y es posible que pronto lo reproduzcan en la pantalla grande pero en el género histórico, solo hay que esperar...