Cuando uno anda encaquetao´ con una cámara uno le da ese deseo de tirarle foto a todo, el deseo es más fuerte con una cámara nueva porque hay que quemar la fiebre. Sin embargo nosotros sentimos el deber de tomarle fotos al sexo que nos atrae, por ejemplo el hombre a la mujer o la mujer al hombre (que es lo lógico ¿verdad?).
Entonces, fuera de esas fotos de trabajos o artísticas uno ve alguien pasar, que le atrae claro, y se le mete el paparazi y no importa que la foto salga fea, quemada, oscura o que el objetivo no este en su mejor pose, una la toma para tenerla ahí tirada y eventualmente borrarla. Lo lindo es que este tipo de fotos hace rico a muchos “fotográfos” nosotros lo utilizamos solo para recordar una conversación, un momento o simplemente una cara, que aunque tu lente no la favoreciera, tu sabes que era (es) hermosa.
Aquí el ejemplo: “Una gringuita en los Haitises”
Entonces, fuera de esas fotos de trabajos o artísticas uno ve alguien pasar, que le atrae claro, y se le mete el paparazi y no importa que la foto salga fea, quemada, oscura o que el objetivo no este en su mejor pose, una la toma para tenerla ahí tirada y eventualmente borrarla. Lo lindo es que este tipo de fotos hace rico a muchos “fotográfos” nosotros lo utilizamos solo para recordar una conversación, un momento o simplemente una cara, que aunque tu lente no la favoreciera, tu sabes que era (es) hermosa.
Aquí el ejemplo: “Una gringuita en los Haitises”
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