Las adaptaciones de videojuegos, en taquilla o con la crítica, nunca han sido muy exitosas a pesar de gozar con un inmenso público que devora los videojuegos como una religión, pero es precisamente esta “religión” que evita que una gran masa de fanáticos se acerquen a las salas de cine apoyar una adaptación como ha probado hacerlo el que sigue los comics o la literatura. A este pobre apoyo le agregas el pobre dominio que han probado tener quienes se involucran en estos proyectos y “Prince of Persia” debe ser ya, una de las peores entregas del año.
Lejos de inspirarse en lo que ha sido una de las mejores historias para un videojuego jamás escrita, los realizadores de esta “super producción” deciden solo tomar la premisa y destruirla. Sus guionistas (Boaz Yakin, Doug Miro y Carlo Bernard) no tenían idea de lo que estaban haciendo y terminan con una historia llena de absurdas situaciones y excesos de “punch lines” que solo es igualada por la pobre dirección y unos horribles efectos especiales.
“Prince of Persia” desde un inicio se convierte en la típica película que va contando absolutamente todo a una audiencia que tiene que estar totalmente retardada para que tantas explicaciones no le molesten y que su prólogo [esa historia del huérfano adoptado por el Rey que termina siendo nuestro héroe] es innecesario y no aporta nada a la historia; más aporta el “flashback” del Rey y su hermano Nizam (un vergonzoso Ben Kingsley) que a fin de cuenta es el punto central de la historia.
La historia de amor entre el principe Dastan (Jake Gyllenhall) y la princesa Tamina (Gemma Aterton) es similar a la ridiculez que encontramos en películas juveniles como la saga de “Twilight” en donde siempre están a punto de besarse y por un nanosegundo no lo hacen. Esto solo logra que cuando finalmente se besan, la audiencia grita !por fin!, o sea que no todo es malo, al menos se obtiene una reacción (sarcasmo).
A medida que los entusiastas de los videojuegos demandan más de ellos, los creadores de los mismos se ven obligados a crear historias que perduren en la mente de quienes consumen su producto. El Jack Bauer de “24” esta visiblemente inspirados en los “one man army” de los videojuegos entonces ¿porqué no hacer una replica de una historia tan grandiosa como la del videojuego “The Sands of Time” en vez de apelar por esta estupidez? ¿Porqué no tomar el ejemplo de “Silent Hill” de Christophe Gans (una réplica perfecta del videojuego)?
Una de las cosas que sorprende es que Mike Newell, quién dirigiera “Harry Potter: The Goblet of Fire” y “Donnie Brasco” (películas no grandes pero conllevan un concepto de dirección), tuviera un papel tan desastrozo detrás de cámara; pareciera que un niño estuviera jugando a ponerle imágenes a un guión ya totalmente diezmado.
En “The Sands of Time” (el videojuego), el príncipe pasa de ser un joven ingenuo [que más que un guerrero sirve de infiltrarse por sus destrezas acrobáticas] a un verdadero defensor de su reino y de su familia, o sea, hay una evolución visible del personaje algo completamente inexistente en esta aberración. Si Brukheimer y Newell creen que de aquí saldrá una saga exitosa deben pensarlo mejor, aunque todavía hay que esperar como le va en la taquilla.
Yo prefiero recordar al principe así:
Lo único bueno que salió de la película fue la inspiración para crear un videojuego que se centra en la historia entre "Sands of Time" y "Warrior Within" llamado: "The Forgotten Sands".
Lejos de inspirarse en lo que ha sido una de las mejores historias para un videojuego jamás escrita, los realizadores de esta “super producción” deciden solo tomar la premisa y destruirla. Sus guionistas (Boaz Yakin, Doug Miro y Carlo Bernard) no tenían idea de lo que estaban haciendo y terminan con una historia llena de absurdas situaciones y excesos de “punch lines” que solo es igualada por la pobre dirección y unos horribles efectos especiales.
“Prince of Persia” desde un inicio se convierte en la típica película que va contando absolutamente todo a una audiencia que tiene que estar totalmente retardada para que tantas explicaciones no le molesten y que su prólogo [esa historia del huérfano adoptado por el Rey que termina siendo nuestro héroe] es innecesario y no aporta nada a la historia; más aporta el “flashback” del Rey y su hermano Nizam (un vergonzoso Ben Kingsley) que a fin de cuenta es el punto central de la historia.
La historia de amor entre el principe Dastan (Jake Gyllenhall) y la princesa Tamina (Gemma Aterton) es similar a la ridiculez que encontramos en películas juveniles como la saga de “Twilight” en donde siempre están a punto de besarse y por un nanosegundo no lo hacen. Esto solo logra que cuando finalmente se besan, la audiencia grita !por fin!, o sea que no todo es malo, al menos se obtiene una reacción (sarcasmo).
A medida que los entusiastas de los videojuegos demandan más de ellos, los creadores de los mismos se ven obligados a crear historias que perduren en la mente de quienes consumen su producto. El Jack Bauer de “24” esta visiblemente inspirados en los “one man army” de los videojuegos entonces ¿porqué no hacer una replica de una historia tan grandiosa como la del videojuego “The Sands of Time” en vez de apelar por esta estupidez? ¿Porqué no tomar el ejemplo de “Silent Hill” de Christophe Gans (una réplica perfecta del videojuego)?
Una de las cosas que sorprende es que Mike Newell, quién dirigiera “Harry Potter: The Goblet of Fire” y “Donnie Brasco” (películas no grandes pero conllevan un concepto de dirección), tuviera un papel tan desastrozo detrás de cámara; pareciera que un niño estuviera jugando a ponerle imágenes a un guión ya totalmente diezmado.
En “The Sands of Time” (el videojuego), el príncipe pasa de ser un joven ingenuo [que más que un guerrero sirve de infiltrarse por sus destrezas acrobáticas] a un verdadero defensor de su reino y de su familia, o sea, hay una evolución visible del personaje algo completamente inexistente en esta aberración. Si Brukheimer y Newell creen que de aquí saldrá una saga exitosa deben pensarlo mejor, aunque todavía hay que esperar como le va en la taquilla.
Yo prefiero recordar al principe así:
Lo único bueno que salió de la película fue la inspiración para crear un videojuego que se centra en la historia entre "Sands of Time" y "Warrior Within" llamado: "The Forgotten Sands".
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