Soy esclavo de mi desconfianza, de mi inconformidad, de mi pereza, y de tanto hablar y no caminar.
Me siento preso de mi cuarto, del lugar donde trabajo, de cuatro paredes que me ahogan y no logro derribar.
Soy esclavo de las aventuras fallidas, de los “no” prolongados, del sexo sin sentido, de querer cuando ando solo.
Y de repente esto evita que viva, que respire, que me comporte como un chico, que sueñe como un escritor, que viva como un promiscuo, que disfrute de estar vivo.
Y me encierro en una cárcel imaginaria, de la que escapo gracias a los documentos de Word y de las mascotas rayadas, de las fotos pasadas, de tu presencia sofocante, de conversaciones amenas, de tragos apaga penas, de jumos deprimentes, de resacas arrepentidas, de no poder…
Cada día pasa en una prisión de la que prometo siempre salir, sin incentivo, sin llave, sin deseos, es esa la imagen de mi vida tener menos deseos que un paralítico o un parapléjico, que una persona que lucha por caminar sin poder, o de una persona que lucha por hablar con el simple pestañear de su ojo izquierdo.
Pues no, de aquí me sacudo, a pestañear y a llevar paso paso el deseo de volver aprender a caminar y a escribir con mis ojos.
… A mi madre, a mi padre, a mi hermano… gracias Julian Schanbel por ese retrato pero sobre todo a Jean Dominique Bauby por desear vivir cuando estaba "muerto"…
Inspirado por la película: Le Scaphandre et le papillon.
Me siento preso de mi cuarto, del lugar donde trabajo, de cuatro paredes que me ahogan y no logro derribar.
Soy esclavo de las aventuras fallidas, de los “no” prolongados, del sexo sin sentido, de querer cuando ando solo.
Y de repente esto evita que viva, que respire, que me comporte como un chico, que sueñe como un escritor, que viva como un promiscuo, que disfrute de estar vivo.
Y me encierro en una cárcel imaginaria, de la que escapo gracias a los documentos de Word y de las mascotas rayadas, de las fotos pasadas, de tu presencia sofocante, de conversaciones amenas, de tragos apaga penas, de jumos deprimentes, de resacas arrepentidas, de no poder…
Cada día pasa en una prisión de la que prometo siempre salir, sin incentivo, sin llave, sin deseos, es esa la imagen de mi vida tener menos deseos que un paralítico o un parapléjico, que una persona que lucha por caminar sin poder, o de una persona que lucha por hablar con el simple pestañear de su ojo izquierdo.
Pues no, de aquí me sacudo, a pestañear y a llevar paso paso el deseo de volver aprender a caminar y a escribir con mis ojos.
… A mi madre, a mi padre, a mi hermano… gracias Julian Schanbel por ese retrato pero sobre todo a Jean Dominique Bauby por desear vivir cuando estaba "muerto"…
Inspirado por la película: Le Scaphandre et le papillon.
Comentarios
muy bien inspirado, y a la vez inspirador.. por ratos siento que muchas de las cosas que escrbiste salieron de mi cabeza.. saludos!