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Mostrando las entradas de junio, 2009

A Phil Jackson que cuide su trabajo

La sombra de Jack Nicholson no es solo una amenaza para los que codicien estatuillas doradas en los premios Oscar, o para quienes quieran personificar al archienemigo de Batman (aunque el difunto Heath Ledger lo superó), sino también para el 9 veces campeón de la NBA como entrenador, Phil Jackson. Denominado “Lakers #1 fan” Jack hace presencia como ninguno, inclusive se hace sentir más que el mismo Jackson desde su asiento de seis cifras de costo, de las gringas no de las dominicanas, cuando cometen alguna “injusticia” en contra de sus adorados Lakers. Ahora, en dado caso que Phil Jackson sea despedido o renuncie al puesto de entrenador de los Lakers, ¿que Jack Nicholson se encargaría de llevar las riendas del equipo angelino? Joker/Jack Napier (Batman/1989) Sería el sádico, burlón y psicópata Guasón del Batman del `89. Como lidiarían los equipos contrarios con un entrenador como el Joker, mucho trabajo le cuesta lidiar con el desde las gradas, imagínense con la fuerza de ser el entre

Él, el anfitrión

Él ya se preparaba, la noche del viernes caía y debía alistar todo, era la responsabilidad de un anfitrión la que pesaba en sus hombros, después de todo a Él le encantaba, o por lo menos hacía el esfuerzo de aparentar que lo disfrutaba. Las llamadas llegaban, Él estaba más tranquilo pero no tan feliz, ella (la futura Ausente) ya había confirmado su inasistencia y Él no mostraba ningún desespero ante las presencias de las llamadas que anunciaban una pronta llegada. Eran las cinco del día anterior, Él se apresuraba en adquirir los últimos ingredientes de la tan aclamada (durante toda la semana) parrillada, sin embargo, le preocupaba bastante que la parrilla en sí no apareciera y la limitante de asientos que presentaba su casa. - “Soy la señora Dalloway” – exclamó mientras consumía un Marlboro Light en pleno alboroto de tránsito. La manecilla del reloj marcaban las 10:15 a.m. del viernes, a penas tenía casi tres horas en el trabajo y ya le parecían una eternidad. A Él no le c