
Atrás quedaron los pantalones “copitas” o altos y los pantalones campanas, ahora es todo lo contrario, holgados en los pies y muy por debajo del ombligo (en el caso de las mujeres).
Estas son las preferencias de cada uno de nosotros, es algo que hemos elegido, entonces no entiendo como a cada rato nos sentimos inconforme con nuestra elección. Me explico:
En el caso de el estilo que sustituyó aquellos pantalones que nos quedaban apretados en los tobillos, esos que nos cubren los zapatos o tenis que traigamos puesta, nos causa cada vez más problemas con el ruedo y en numerosas ocasiones nos vemos de rodillas arreglándonos los pantalones que destruimos en el talón por pisarlos.
Vuelvo y digo esta es nuestra elección de pasarnos una noche entera arreglando los ruedos del pantalón porque ya los de “copitas” no están de nada.
En el caso de las damas es un tanto más complejo el asunto, el pantalón a la cadera, el que ya tiene tiempo de moda, y que a todos nos encanta, nos sirve de entretenimiento al ver como ellas no dejan de tratar de subirse el pantalón cada vez que este amenaza con caerse. Luego, cuando van a comprar uno nuevo, procuran que caiga un tanto más bajito. ¡Bien! ¿verdad?
Con los escotes pasa igual, y en especial con las blusas que ellas usan que no llevan “tiritos” como le dicen, aquí se presenta el mismo problema que el del pantalón lo único que aquí se busca más ajustado y revelador para luego entretenerse tratando de evitar que las “amigas” salgan a saludar.
Estas han sido nuestras elecciones de vestimentas, digo nuestras porque es más notada en los jóvenes, cuantas veces ahí que entrar una parte del polo-shirt por los pantalones de manera que se vea la hebilla de la correa (por el movimiento vuelve y se sale) o nos ajustamos los cordones de los tenis porque preferimos entrarlos dentro de los mismo en vez de amarrarlos.
Todas estas incógnitas no han podido ser resorbidas ni por Oscar de la Renta o el esbelto Jorge Diep, somos prisioneros de nuestras elecciones de lo que esta de moda y de lucir cool y no nos damos cuenta que pasamos más ratos arreglándonos la ropa de moda que haciendo cualquier otra cosa.
Notilla: como lo de moda normalmente lo usamos para salir, con par de tragos arriba no le damos mente a nada de esto, aunque luego no los recuerden una dosis de “pitillo con pimienta”.
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