Ir al contenido principal

Jazz Ensemble y algo más sobre el Cinema

Una noche pegajosa (esa es la mezcla de un día lluvioso con la noche calurosa), era perfecta para unas cervezas y buena música en un sitio acogedor.

Sobre el Cinema Café se desplegaba una onda de jazz y música “melow”, un par de cervezas y uno que otro giro de cabeza para seguir las rutas de las “pieles” presentes (perdonen el calificativo machista).

En conversaciones, primeras y segundas cervezas, roces con gente conocidas y desconocidas, se adentraba una noche corta (por lo del bulto de las 12:00 p.m. siendo día de la semana) que no atraía nada más que un par de panas tirándose unas frías al sonido del teclado, el bajo, la percusión y la batería.

Sin embargo, no podríamos estar más equivocado, la noche no se vestía de una usual conversación entre amigos y un apaga y vamonos sin nada fuera de lo normal que contar, pero nos entregaron algo, si un efecto de la pelea de Mayweather y De la Hoya el pasado sábado, lo único que de esta no se podría decir que fluía la testosterona, aunque a final de cuentas fue un factor esencial.

Justo detrás de mí ocurría una batalla de salones, de yo te arreglo el pelo mejor que tu a mí, (mi instinto periodista me falló cuando más lo necesitaba y no alcance mi cámara hasta que no fue demasiado tarde) un encuentro de dos pesos plumas, una rubia y una morena “A dream match”.

Cuando el final se acerba relucieron una bofetada y la clara oscuridad a la que no tiene acostumbrados el país (que se fue la luz, por si acaso) y ya mi aparato de captar imágenes era inservible y solo quería tomarme la segunda cerveza, o era la tercera.

Después de un letargo de oscuridad el jazz junto a la luz (let there be light) alumbraron el Cinema para comenzar el cierre de una noche que de repente se torno interesante.

Las ondas musicales cubrían un público ensimismado en sus porciones ocupadas de conversaciones ajenas que tambaleaban sus cabezas y medios cuerpos (la mayoría se encontraba sentado) al ritmo de un exquisito bajo (instrumento musical) y de la percusión que logro enamorar al público y robarse el show.

El sonido del micrófono fue un problema, las intervenciones de la tecladista no eran captadas del todo y la única canción acompañada de voz no pudo ser apreciada y se salvó de ser un fracaso por la buena melodía brindada por el grupo.

El jazz cayó junto con la manta negra en la que se convirtió el pequeño escenario cuando se apagaron las luces que los cubrían; los meseros se apoderaron de un deseo de cobranza desesperada, son las 11:50 p.m. hay que cobrar, parecía una versión dominicana mal hecha sobre la Cenicienta.

Y nada, pagamos, nadie murió y nadie se convirtió en calabaza, el preámbulo, el choque de guantes, fue más entretenido que la pelea de boxeo más vista en la historia del deporte; la oscuridad momentánea (pero larga) sirvió para comentar el combate, el jazz para tranquilizarnos y hacer del regreso a casa un poquito más placentero.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los blogs de la Arroba

La verdad es que el número de blogs anotados en el concurso de Arroba de Oro es sorprendente, asciende a la cantidad de 145 como me dio a conocer Joan en su blog y dedique gran parte de mi tiempo a hojear esas bitácoras que están en búsqueda de la presea dorada. La buena noticia, para comenzar con la buena, es que encontré unas cuantas bitácoras que no había visto y que desde ese día me doy la tare de comenzar a visitar. Una que disfrute mucho fue Jazz en Dominicana de Fernando Rodriguez, y otro apellido que para mí no es de aquí, que narra anécdotas de los diferentes espectáculos de Jazz aquí en el país. Pero no todo fue color de rosa, encontré cantidad de bitácoras que dejaban mucho que desear, personas que duran una eternidad para postear, con una increíble cantidad de faltas ortográficas y post sin coherencia alguna, en realidad no se como me detuve a leer tantos, parece que lo hice para tener la capacidad de expresar mi crítica en mi querido blog. ¡Ojo! No considero este blog me...

Transcribiendo a Orlando

( ...) Recién me doy cuenta que a pesar de llevar el nombre de “Orlando” y contar con una etiqueta en este blog por el nombre de “Microscopio” no he cumplido mi promesa de difundir artículos y pensamientos de Orlando Martínez, por lo menos no de la forma que quisiera. Así que hoy aprovecho uno de mis repasos diarios por la recopilación de la columna Microscopio de Orlando y les transcribo la siguiente porción del artículo “Más allá de la sangre, el sudor y las lágrimas” publicado el 23 de agosto de 1974. Estas son las últimas líneas de ese artículo, esos cierres que siempre caracterizaban la fuerza de la palabra de esta gran persona. (...) La corrupción aquí A los sectores corrompidos de este país, a los que mantienen junto a ciertos extranjeros la miseria de la mayoría, hay que ofrecerles algo parecido. Sudor, porque es justo que se ganen el dinero con el cual van a satisfacer sus necesidades. Lágrimas, porque la situación de hoy no puede seguirse manteniendo y es muy posible que la p...

El tic tac

Soy yo... o el reloj suena más duro en las madrugadas.