
¿Y de que ampararnos sino de tristeza? ¿Qué otro lugar podremos visitar como si fuera nuestra casa? Al parecer la politica afecta hasta donde uno menos se los piensa, y su última victima ha sido el Cinema Café, cerrado por sanidad, por ¡sanidad! compañeros asistentes.
El sector cultural se agrega otro conflicto encima, además de los creados con el Festival de la Canción y la Ley de cine (ahí la Ley de Cine) y el hecho de que a lo mejor no cuenten con cultura en sí, se anotan el repudio de una sociedad libre de indiferencias cerrando, tal vez, el local más democrático y sin prejuicios de toda República Dominicana.
Adiós nos vemos obligados a decirle a Cinema que tanto Jazz y Rock nos brindó, que tan acogedor fuera para los que andarán en bolos, en camisa o en t-shirt, que fueran negros, blancos o grises, y se fue no como los otros lugares de ocio los que han cerrado por permitir el consumo de alcohol en los menores, o por cobrarse vidas, si aquellos que a diferencia de Cinema, hoy se encuentran abiertos.
No hay palabras en las que pueda resumir mi sentir hacia ese patio, que con Jazz y Rock de los miércoles, las tertulias ínter diarias y ese ocasional lugar de trabajo, en el que acompañado de la “laptop” caían cafés, “frías” y tragos con la suave selección musical que solo un sitio como Cinema sabía brindar.
Hasta luego entonces, en busca de que los celos y materiales políticos (fecales) dejen de influir y pueda permanecer el Cinema en el mismo lugar, pero de moverse, cuenten conmigo que los sigo hasta el este, el norte o el sur.
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