
Fue mi simple y sencillo, las razones buenísimas, el viejo acaba de cumplir años el siete del mes en curso, cada coro junto sirve como un conjunto de despedidas para mi hermano que se marcha a España para una maestría, y simplemente la deuda de hacer un coro sin tener que darle cara a nadie.
Ya a las cuatro se encendía la parrilla, el viejo, junto con unos amigos de antaño, asumía el mando y daba inicio, junto a sus secuaces, a la bebedera dominical.
Inmediatamente acabó un partido de pelota que estaba viendo (en el cual perdió mi equipo, coño!!!!) me uní a la tertulia de los viejos y al sorbo de alcohol en compañía que siempre nos gusta tener.
Descorchamos una botella de Protos (vino extraído ilegalmente por mi viejo el día anterior a su mejor amigo) y yo y mi hermano comenzamos la degustación.
El diyoqueo (acción de Disk Jockey) fue un trabajo arduo, apenas ponía una canción que me solicitaban y ya me estaban pidiendo la otra, pero este trabajo fue fundamental para pasarla en grande, la música fluía de mi PC por ende no había desperdicios (je….).
Se sirvieron las primeras picadas, unas alitas, unas salchichitas y unos pancitos tostaditos con ajo, las conversaciones seguían, pero lo que predominaba era el hecho de que los amigos de mi papa me recordarán a cada momento de que me veían desde chiquitito, de cuando no me sabía limpiar el culo (perdonen el fránces).
Luego llegaron unos colegas de mi hermano y pude trasladarme a una conversación más juvenil. La música continuaba con calidad, el público en general tenía el mismo gusto, a excepción de mi madre que quería que le tirarán su bachata, las conversaciones de todo y de nada, la comida no para de venir y en cuestiones de tragos habíamos bajado unos RD$1,600.00 porque cambiamos de el único Protos que había (que nos salió gratis) a consumir tinto pero de Santa Rita.
Luego los más adultos, los secuaces del recién cumpleañero, se marcharon, contentos, tomaditos, y nos dejaron entonces a los más nuevos seguir con lo que quedaba del día, que todavía era mucho.
A todo esto, vi unas facetas en mi hermano y mi viejo que hace tiempo no las observaba, estaban contentos, se reían, no le molestaba ni les agobiaba nada (como normalmente suele afectarles la semana) y disfrutaban de las conversaciones, de la música y claro, de la comida y de la bebida.
Luego de la tercia de Santa Rita, se despidieron los que faltaban, entonces quedaron dos bohemios, frente al computador, disyoqueando por gusto, al azar, sin ningún rigor musical, simplemente las canciones que nos llegaba en el momento, batallando (como dos hermanos al fin) para ver quién ponía la canción más adecuada para el momento.
Y así cerramos el día, acabando con un vinito escondido de mami (un Carlo Rossi) y con la carne que quedaba para echarnos jartos y contentos, cada uno por su puerta habitacional hasta que dentro de un par de horas saliera el sol, cabrón y azaroso, de un lunes en la mañana.
A continuación los cantantes presentes en este BBQ bohemio (el orden no refleja ningún tipo preferencial ni cronológico):
Joan Manuel Serrat, Silvio Rodríguez, Victor Manuel (el español no el puertoriqueño), Ana Belén, Joaquín Sabina, Juan Luis Guerra, Victor Victor, El último de la fila, Raul Midon, Pavel Nuñez, Ismael Serrano, Jorge Drexler, Marel Alemany, Kaiser Chief, Artic Monkeys, The Killers, The Smiths, Seether, Kelly Clarkson, Rhiana, Bunbury, Linking Park, Led Zeppelín, Luis Eduardo Aute y muchos más….
Un poco complicada la mezcla, verdad???
(Foto: Marido y mujer (mis progenitores) se disputan el quehacer de la parrillada.)
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