Después de un letargo sin viajar con el solo propósito de pasarla bien, no de trabajar, el blogtour organizado por memo cayó como anillo al dedo.
En un trayecto donde lo esencial fue el como iba cambiando la temperatura desde las infernales calles de la capital a las frescas “autopistas” rurales con dirección a las alturas, pudimos disfrutar del olor a campo, a tranquilidad, a fescura, a libertad.
Villa Pajón en Valle Nuevo fue un destino difícil, el trayecto probó nuestra resistencia y nuestra paciencia con Memo. Desde caminar hasta las alturas de la Reserva Científica del Ébano Verde (en donde nos quedamos a medio camino por no tener el permiso de entrada, o de continuar mejor dicho) hasta el eterno camino hacia la Villa y luego, sin disfrutar mucho de la llegada, el aún más eterno camino, ida y vuelta, hacia las pirámides ubicadas en el centro de la isla.
Villa Pajón termino siendo un lugar paradisíaco en donde el abrigo, en ropa y en alcohol, era necesario, las estancias frente al fuego de la leña dentro de las cabañas y el parecido a un capitulo en lo interno del “Parque Yellowstone” nos transportó bastante lejos de nuestra realidad rutinaria (faltaron los Marshmellow o algo que quemáramos en la fogata).
Tomando en cuenta que lo que pasó en Villa Pajón se quedó en Villa Pajón (y luego en el bus) es definitivamente un trayecto que si volvería atravesar para estancarme por un par de días en una de esas cabañas, sin cruzar a las pirámides claro está.
¿Quién sabe? Así como le dije a Ariel, a lo mejor uno se lance un fin de semana acompañado de mascotas de apuntes y una máquina de escribir (porque no hay electricidad) y salga con uno o dos libros; sería excelente, ¿verdad compañero?
Qué el frío de la madrugada y el cielo estrellado continúen hablando por mí.
...La foto es de una de las cabañas de Villa Pajón, Valle Nuevo...
Comentarios
Es algo (sentimientos, sensaciones, imagenes, etc.) q nunca olvidare!!
Besitos Orsan!!
bye