"Thunder can't hurt! Harmless noise! Bullshit!". Michael Corleone (The Godfather III)
Casi al margen de las tres de la madrugada, instalo la alarma del celular para las 6:10 a.m. para no quedarme dormido luego de que me quedara hasta tarde haciendo unos trabajos.
Ya llovía copiosamente para el momento en que conciliaba un sueño falso, pero al poco rato los flashes de las afueras iluminaban mi cuarto y perjudicaban la tranquilidad de mi insomnio. Comenzaba a “tronar”.
En menos de 10 minutos alarmas de vehículos hacían su presencia desde la calle, y la continuidad de los truenos me dijo que lo quedaba de la madrugada ya iba a ser eterna. Eran poco más de las cuatro de la mañana. Ya había comenzado a ver el reloj, ya mi noche no tendría tranquilidad.
Por lo menos había luz.
Por lo menos había luz.
El tambor proveniente del cielo se unía al vals de las alarmas de los vehículos y justamente en el momento en que empezaba acostumbrarme a tan inusual sinfonía, uno de los truenos, que no llegó ni al segundo luego del resplandor, se llevó consigo la luz eléctrica y mis deseos de estar en cama. A penas eran las 4:30 a.m.
Ninguno de los que siguieron se les comparó a este estruendoso compañero pero no dejaban de iluminar y hacer temblar lo que quedaba de la noche. Para estas alturas ya se me parecía oír las alarmas de los carros en unísono. Les aseguro que, diez minutos no habían pasado.
Ya después de esto, los sucesos se convirtieron en lo cotidianamente posible para que yo me acostumbrara e intentará descansar.
Ya después de esto, los sucesos se convirtieron en lo cotidianamente posible para que yo me acostumbrara e intentará descansar.
Nada interrumpía mi vista perdida en el techo, buscando opacar los ojos por un momento. Ni los rayos, ni los truenos, ni el maremoto que se podía sentir en las cunetas detrás de mi casa, ni siquiera el vaivén de la luz eléctrica. No fue sino hasta las 6:10 a.m. cuando un inoportuno amigo decidió alarmar media casa.
Justo antes de ese preciso momento, sin mentirles, yo había logrado cerrar los ojos.

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