Es imposible encontrar una más grande variedad en los rincones de mi jaula que bajo la noche de Santo Domingo, la gente se viste con la misma careta todas las noches, mientras brinca y se ridiculizan en sus casas en las calles son humanoides sin sentido.
Qué la ciudad se nos pasa y ahí que irnos lejos para extrañarla, para saber que la queremos, que la amamos, que no las están robando y nosotros nos estamos dejando, que el sentido de humildad y humanidad se ha ido al carajo y cada cual defiende su mundo, como si fuera divertido una eterna soledad.
Qué el amor somos todos, en nostalgia y alegría, en desgracias y gracias, que la ciudad es mía, es de todos nosotros y es bella, que yo te quiero a ti por tus pequeños “glitch” no por lo que aparentas a la sociedad, qué me quiebra un atardecer verdadero rodeado de tanta gente falsa en un lugar tan insípido como “Dock” en Acropolis Center.
Qué, por Dios, no tengo que cerrar los ojos para ver.
Comentarios