
En 1996 el realizador Renny Harlin hizo un intento de presentar una “chica mala” de acción que se compara con la cantidad de héroes “reales” que traían las incontables películas de acción de esa década con Geena Davis en “The Long Kiss Goodnight”. Aunque la película no fue del todo mala, y mantenía el aire del género de esa época, Charly Baltimore (Davis) no pudo con la presión que le imponía el género a una heroína femenina.
Ahora, en el 2010, justo después de que la trilogía de Bourne restableciera el género de acción en el nuevo mileno llega Evelyn Salt (Angelina Jolie) con el inicio, por lo visto, de una exitosa serie de películas.
“Salt” es muy clara desde el principio en su intención. No están tratando de ocultarte nada, solo quieren presentarte el personaje y de lo que es capaz, cada escena que pasa parece reafirmar algo que ya sabías, pero es el desarrollo del género de acción durante los 100 minutos que dura le película. No es lo que va a suceder, eso es fácil descifrarlo al poco de comenzar la película, sino como se llega del punto A al punto B.
(...)”¿Qué motiva a un hombre [mujer] a confrontar desafíos que la mayoría de nosotros evitaríamos? ¿Qué lo/a hace auto-condenarse a una eterna soledad? La respuesta es:.... amor...”(...)
El factor que desató la ira de Jason Bourne en “Bourne Supremacy” fue ver morir a su amada, este es precisamente el factor que motiva a Evelyn Salt. Primero es escapar para asegurarse del bienestar del hombre que le salvo la vida a ella y quién se convirtió en su esposo, luego es completar misiones para saber de su paradero. Lo último es claro, pura y decidida venganza de una mujer que tiene todos los conocimientos para acabar con un ejercito (y no había nadie mejor para hacer este papel que la Jolie). “Salt” le hace lastimar a uno que Phillip Noyce no dirigiera las películas de “Tomb Raider”, pero la verdad es que se ha probado que las adaptaciones de videojuegos no tienen lugar alguno en el mundo del Séptimo Arte.
Personajes como Salt, Bourne e incluso los de muy antaño como John Matrix (Comando, 1985) y Marion Cobretti (Cobra, 1986) [Schwarzenegger y Stallone respectivamente] son personas ordinarias capaces de hacer cosas extrarodinarias gracias a un “entrenamiento” extenso dentro de las artes que en pantalla despliegan durante los más de 90 minutos de película.
En fin, “Salt” al igual que Bourne traen devuelta ese sentir del “one man [en este caso woman] army” capaz de vencer cualquier obstáculo no importa que tan difícil siempre y cuando tengan ese algo que los motive; ese algo que en la mayoría de las ocasiones termina siendo “amor”.
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