Lo que ha comenzado a suceder en Egipto y Tunisia son razones suficientes para que potencias [léase Estados Unidos] dejen que la historia tome su rumbo: Ejemplo sencillo: dejar que el vaso se rebose. Aunque la situación de Egipto es un poco más alarmante por el grupo que puede llegar a tomar el poder si el caos persiste, ambas “revoluciones” dan a conocer que cada cabeza llega a un punto límite y no necesita de otra que le diga que se levante y pelee. No intento que esto sea solo una similitud a una vida de pareja [a lo que regularmente hace alusión la frase “no se meta en pleito ajeno”] pero la verdad es que nadie tiene más experiencia de lo que está sufriendo y de cuando es suficiente que quién tiene que lidiar bajo el yugo de su gobierno [u otra situación similar] cada día. Uno desde fuera solo puede hacer muy poco. Eventualmente cada pueblo decide lo que es mejor para ellos. En nuestro caso me parece que se nos está haciendo tarde y no nos estamos dando cuenta.