Cualquier parecido con alguna realidad no es pura coincidencia.
Las redes no son traicioneras ni meten en problemas a nadie, quién los consigue es porque se lo ha buscado de manera deliberarada aunque tal vez no con una mente clara.
Ayer, dentro de mis descontentos [¿mensuales?, ¿semanales?, ¿diarios?] cruce palabras con un "colega" que se encuentra en Festival de Cannes a través de un post de Facebook que le hice a un amigo y en un momento en donde tal vez debí mantenerme lejos del teclado pero como era de esperarse me acerqué a la divertida acción de buscar problemas.
El que me conoce sabe que no se quedarme callado, o mantener ciertas cosas lejos de las redes [algo así como el presente escrito dominguero] y el día de ayer fue uno de esos en donde no podía olvidar la actitud de ciertos "profesionales" en un área que he ejercido por más de 10 años: el periodismo y la crítica cinematográfica.
Es posible que haya iniciado algo que a la larga me hará más daño a mí que a cualquier otro pero ante el canalleo, no conozco otra forma de pelear en contra del canalleo que no sea diciendo brutalmente lo que pienso. No entiendo cómo alguien puede ir al festival de cine más reconocido del mundo siendo periodista y perderse el manjar cinematográfico que allí se presenta. Es una pena, la verdad que es una pena.
P.S:.
Esperemos que aunque este post parte de algo que no me hizo sentir para nada bien, sea un regreso que venga con otros desahogos más interesantes para esta tan olvidada bitácora.
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