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The Last of us: ¿Qué da mucho miedo? La realidad.


“Only a fool is not afraid” - A Wrinkle in Time 


Octubre siempre ha sido un mes predilecto para ver películas de terror. El mes en donde se celebra Halloween, precisamente por esta fecha, ha servido para celebrar el género del horror para revisarlo, analizarlo e incluso renovar la listas que se tengan sobre las películas de este género.

Empero, donde regularmente han brillado los monstruos y los asesinos que desafían las leyes “naturales” como Jason, Mike Myers e incluso Ghost Face; yo siempre he preferido ese terror que pudiese ocurrir en la vida real; y nada me ha dado más miedo este año que los “cold open” de los dos primeros capítulos de The Last of Us. 


“The Last of Us”, en la serie y en el videojuego, no necesariamente explora mucho el género de terror. Es más, dentro del subgénero, uno que explora la supervivencia. Sin embargo, su fin principal es la redención y la relación entre sus personajes principales: Ellie y Joel.

Neil Druckman, el director del videojuego y quién dirigió un par de capítulos de la serie, no exploró tanto el origen del cordyceps (el hongo causante de la pandemia) en el videojuego; pero Mazin, el creador de la serie, se encargó de entregarnos no sólo el origen de esta pandemia provocada por este hongo, sino una posibilidad más palpable de que esto pudiese ocurrir en la vida real. 


Al final ¿Qué puede provocar más miedo que algo que pueda ocurrir en la vida real?. Por esto me fascinan las “Funny Games” de Michael Haneke; “The Vanishing” de George Sluizer; e incluso “Buried” de Rodrigo Cortes. En la(s) primera(s) ocurre una invasión casera en donde dos jóvenes atemorizan a una familia; en la segunda la pareja del protagonista es secuestrada y en la tercera una persona es enterrada viva por un grupo terrorista. Esas son situaciones muy reales que provocan muchísimo miedo. 


Volviendo a “The Last of Us”. Mientras que en el videojuego, el caos del “primer día” de la pandemia y la muerte de la hija de Joel sirven de prólogo para el inicio del juego, en el primer capítulo de la serie (dirigido por Craig Mazin, responsable de la extraordinaria “Chernobyl”) es un talk show en donde dos científicos, en 1968, discuten sobre las posibilidades de que ocurran epidemias y la capacidad humana de superarlas. 


En esta conversación, el doctor Neuman (interpretado por John Hannah) prefiere hablar de un caso hipotético en donde la humanidad no tenga la capacidad de superar una pandemia. En donde lo que la provoque, en este caso un tipo de hongo, sea capaz de controlar al ser humano y que único fin sea propagarse y alimentarse. Y claro, en donde esta infección no tenga ningún tipo de cura o vacuna. 


El doctor Schoenheiss (interpretado por Christopher Heyerdahl), quién estaba más preocupado por una pandemia viral (logrando así la serie un paralelo con la pandemia del covid), refuta la hipótesis del doctor Neuman aclarando que este tipo de infección, vía un hongo, es real pero no en los humanos.

El doctor Neuman coincide en que este tipo de hongos no podría sobrevivir en el cuerpo humano por la temperatura corporal, pero que sucedería si estos hongos se vieran en la obligación de adaptarse, si el mundo se volviese cada vez más caliente (algo que está sucediendo), entonces estos hongos serían capaces de sobrevivir en nuestro cuerpo. Entonces si eso sucede, perdemos. 


El programa queda en silencio, el presentador llama a un corte comercial y la extraordinaria composición de Gustavo Santaolalla da inicio a la serie. 

Como espectadores, incluso sin ningún conocimiento del juego, antes de ver este prólogo ya sabíamos que la infección va a ocurrir y que la pandemia será el trasfondo de la serie. Pero presentarlo así, como algo que realmente pudiese ocurrir, y que sería una infección que nos controlaría como huéspedes sin dejarnos morir, es una imagen demasiado real.

(...) en una de las escenas más devastadoras del videojuego, el personaje de Sam le pregunta a Ellie si ella cree que las personas están “vivas y conscientes” cuando están infectadas; Ellie, para tranquilizarlo, le dice que no. Luego nos damos cuenta que Sam lo han mordido y que está infectado (...)

Those things out there. What if the people are still inside? What if they're trapped in there, without any control of their body? I'm scared of that happening to me.


De todas formas, nada nos preparó para el prólogo del segundo episodio. En Yakarta, Indonesia la policía militar interrumpe el almuerzo de la doctora Ratna Pertiwi (interpretada por Christine Hakim), experta en micología, para llevarla al laboratorio más cercano. Allí, en un microscopio, la doctora identifica una muestra del hongo cordyceps y pregunta por qué han utilizado una sustancia en específico para la muestra. “Es la sustancia para las pruebas humanas”, destaca el oficial. La doctora refuta, como ya hemos escuchado, que este tipo de organismos no puede sobrevivir en el cuerpo humano, lo que obliga al oficial a llevarla al cadáver de donde sacaron la muestra. 


Luego de comprobar, con mucho terror, que el cadáver humano está infectado por el cordyceps la doctora pregunta dónde ha ocurrido el suceso. “En una fábrica de harina”; “la persona se ha puesto violenta y se han visto obligada a ejecutarla”; “las demás personas que han sido mordidas también han sido ejecutadas luego de que se tornasen violenta”; ¿Dónde está la persona que la mordió? ¿Cuántas personas de la fábrica están perdidas? - “14” - responde el oficial.



Inmediatamente el oficial enuncia esta noticia, la doctora comienza a temblar y no puede tomarse el té que le han brindado. Ante la pregunta sobre crear una posible vacuna, la doctora dice que no hay forma de crearla. ¿Entonces qué hacemos?  - pregunta el oficial - “Bombardear”, dice la doctora, “bombardee toda esta ciudad y a sus ciudadanos”. Con lágrimas en sus ojos, la doctora tiene una última petición para el oficial: “Me puede llevar a mi casa. Quisiera estar con mi familia”


Toda la actuación de Hakim es extraordinaria en este segmento. De hecho, este prólogo tiene muchísimo más efecto gracias a la interpretación de la actriz de Indonesia. Es, sin duda alguna, una serie de diez capítulos una de las mejores interpretaciones. 


Uno claramente tiene especulaciones de por qué la pandemia no fue del todo contenida. Seguro el tiempo que tomaría el ejército, y los altos mandos, para tratar de mantener sus vidas y luego entonces proceder a bombardear el resto de los ciudadanos. Pero, tomando en cuenta la reacción de la doctora, es sano interpretar que el bombardeo era ya una acción extrema y muy tarde para tratar de controlar la pandemia. 


Estos prólogos, en una serie de supervivencia y terror, son los que más miedo dan. El resto es el desarrollo de la relación entre Ellie y Joel y cómo van lidiando con las pérdidas del pasado y las que se le presentan en su jornada. El miedo, el verdadero miedo, se mantiene en estas dos escenas extraordinarias que dan inicio a toda la serie. 


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